Vitibot, una empresa francesa, quiere impulsar prácticas vitivinícolas sostenibles. Para ello han construido unos robots eléctricos y autónomos llamados Bakus. Ofrecen una respuesta práctica a los desafíos actuales, enfocándose en aumentar la seguridad de los operarios, proteger el viñedo y la biodiversidad y reducir la huella de carbono.
Dan la talla en la viña
Los robots eléctricos Bakus han sido diseñados para ser los mejores amigos de los viticultores. Realizan una gran variedad de tareas de manera autónoma, liberando a los trabajadores de las labores más repetitivas. Hay dos versiones disponibles, con anchos de 60 y 80 cm. Según la marca, esto los hace particularmente útiles en la producción de champagne.
Bakus S está recomendado para viñas estrechas mientras que Bakus L es específico para viñas medianas y altas de hasta 2,2 metros de altura. Se controlan a través de una aplicación intuitiva, por lo que su manejo es sencillo y preciso. Están equipados con sensores de posición que alertan de cualquier movimiento u obstáculo sospechoso y llegan incluso a detener al robot.
Accesorios para todo tipo de trabajos
Vitibot ha ido más allá al desarrollar una gama de accesorios que permiten adaptar el trabajo del robot en el viñedo. Podemos combinar hasta dos de estas herramientas de forma simultánea en los Bakus. De esta manera, el robot puede realizar labores de poda, retirar hierbas, arar o incluso cultivar. La compañía ha anunciado que próximamente estará disponible un accesorio de pulverización inteligente que gestionará el tratamiento de la viña de manera autónoma y segura.
Seguros, eficientes y ecológicos
Los Bakus tienen múltiples beneficios. Además de garantizar la seguridad de los viticultores, estos robots contribuyen a la eliminación de herbicidas, ahorran tiempo y reducen el uso de fitosanitarios. Gracias a su propulsión mediante energías renovables, ambos Bakus pueden trabajar tanto de día como de noche, minimizando la contaminación acústica y reduciendo la huella de carbono del cultivo.
Ambos modelos tienen una autonomía de 10 horas y una recarga rápida de la batería, que va del 0 al 80% en menos de 2 horas. Su capacidad para trabajar mecánicamente el viñedo reduce la compactación del suelo y puede llegar a eliminar la necesidad del uso de productos químicos para el control de las malas hierbas.
Con actualizaciones periódicas de seguridad y la capacidad de adaptarse a las necesidades cambiantes del cultivo, los robots Bakus son el ejemplo perfecto de lo que la Agricultura 4.0 puede llegar a hacer por el sector vitivinícola.