Investigadores de la Universidad de California en Riverside (UCR) han conseguido desarrollar pequeños tomates adaptados para crecer en el espacio, utilizando una nueva técnica de fotosíntesis artificial. Este avance busca reducir la dependencia de suministros terrestres en futuras misiones a la Luna y Marte.
Tomates más pequeños y aptos para el espacio
“Es caro enviar comida a los astronautas”, explica Robert Jinkerson, profesor asociado de ingeniería química y medioambiental en la UCR, “lo ideal sería que cultivaran parte de su propia comida”. Por eso, junto con un grupo de científicos, Robert ha trabajado en el desarrollo de unos tomates diseñados genéticamente para crecer en el espacio. La clave ha estado en utilizar acetato como fuente de energía en lugar de luz solar, simulando el cultivo de estas plantas en las condiciones del espacio.
Robert ha colaborado también con la Dra. Martha Orozco-Cárdenas, directora del Centro de Investigación de Transformación de Plantas de la UCR, quien fue la encargada de modificar genéticamente las plantas. Logró reducir su tamaño y adaptar su crecimiento. “Cuando mostramos los resultados a la NASA, los astronautas estaban muy emocionados”, explica Martha. Actualmente, están llevando a cabo pruebas con estos tomates en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, con la intención de lanzarlos pronto al espacio.
Hacia el primer ciclo de cultivo espacial
El próximo objetivo de la investigación sería enviar las semillas de los tomates a la Estación Espacial Internacional. Allí, los astronautas podrán cultivar los tomates, recolectar sus semillas para replantarlas y continuar el ciclo de producción. “Este será el primer experimento de semilla a semilla en el espacio”, explica Robert Jinkerson, refiriéndose a la importancia de este avance para misiones prolongadas fuera de la Tierra.
Además de estos tomates, el equipo de Jinkerson ha desarrollado setas ricas en proteínas utilizando la misma tecnología de fotosíntesis artificial, con el objetivo de diversificar la dieta espacial. De hecho, la NASA ya les ha premiado por sus propuestas para la producción de alimentos en el espacio. El año pasado, quedaron subcampeones en el Deep Space Food Challenge, obteniendo un total de 250.000 dólares para apoyar su investigación.