El control biológico se ha convertido en una alternativa clave para combatir plagas y enfermedades en los cultivos sin necesidad de recurrir a productos químicos. A través del uso de insectos beneficiosos, microorganismos o incluso reptiles, los agricultores pueden mantener el equilibrio en sus explotaciones de forma sostenible. Pero, ¿cómo funciona exactamente este sistema y por qué es tan importante?

¿Cómo funciona el control biológico?
El control biológico se basa en la introducción o el fomento de enemigos naturales de las plagas en los cultivos. Por ejemplo, las mariquitas se alimentan de pulgones, los ácaros depredadores controlan la araña roja y algunas bacterias eliminan insectos dañinos sin afectar a las plantas.
Además de insectos y microorganismos, también se pueden utilizar vertebrados. Como ya informamos en un artículo reciente, algunas explotaciones están utilizando reptiles, como lagartos y culebras, para controlar roedores y otros depredadores que afectan a las cosechas.

Ventajas del control biológico
- Menos residuos químicos: Al reducir el uso de pesticidas, los cultivos son más saludables y respetuosos con el medio ambiente.
- Mayor equilibrio natural: Se mantiene la biodiversidad en los campos, evitando la proliferación de plagas resistentes a los químicos.
- Menos costes a largo plazo: Aunque la implementación inicial puede requerir inversión, a largo plazo se reducen los gastos en fitosanitarios.
- Cumplimiento de normativas: Cada vez hay más restricciones en el uso de pesticidas, por lo que esta técnica ayuda a los agricultores a adaptarse a la legislación.
- Mejora de la calidad del suelo y del agua: Al eliminar la dependencia de productos químicos, se evita la contaminación de los acuíferos y se protege la microbiota del suelo.
- Mayor seguridad para los trabajadores agrícolas: La reducción del uso de plaguicidas disminuye el riesgo de exposición a sustancias tóxicas, beneficiando la salud de quienes trabajan en el campo.
Retos y consideraciones
El control biológico requiere planificación y conocimientos específicos. No todas las soluciones sirven para todos los cultivos ni todas las plagas. Es fundamental elegir los organismos adecuados y mantener condiciones que favorezcan su desarrollo. Además, en algunos casos, puede ser necesario combinar esta estrategia con otras técnicas de manejo integrado de plagas para obtener mejores resultados.
El control biológico no es solo una moda, sino una necesidad para la agricultura del futuro. Con el apoyo adecuado y la información correcta, los agricultores pueden aprovechar sus beneficios y mejorar la sostenibilidad de sus cultivos.