Los investigadores de la Universidad de Lausana (UNIL), en Francia, han utilizado la tecnología de edición genómica CRISPR-Cas para corregir una mutación que afecta al crecimiento del tomate. Este avance permite que la planta madure antes y produzca frutos listos para cosechar en menos tiempo.
Durante la historia, los humanos hemos ido seleccionando los cultivos y semillas según ciertas características, como el tamaño o la cantidad de frutos que daban. Era la ley del mejor y más fuerte. Pero, en este proceso, también se han ido conservando cultivos con mutaciones que pueden ralentizar el crecimiento o afectar la calidad. Hasta ahora, modificar estas mutaciones requería procesos largos y aleatorios con productos químicos o radiación. Con CRISPR-Cas, la edición es precisa y rápida.

Tomates listos en menos tiempo
El equipo dirigido por el profesor Sebastian Soyk utilizó una técnica llamada «edición de bases» para cambiar una sola letra en el ADN del tomate. Con esta pequeña modificación, lograron que la planta desarrollara frutos maduros antes de lo habitual.
Anna Glaus, investigadora del proyecto, analizó 72 plantas y clasificó más de 4.500 tomates según su tamaño, peso y madurez. Los resultados confirmaron que la corrección de la mutación permitía adelantar la cosecha sin afectar la calidad del fruto.

¿Qué significa esto para la agricultura?
La posibilidad de reparar mutaciones en cultivos abre nuevas oportunidades para los agricultores. Un tomate que madura más rápido puede reducir los tiempos de producción y adaptarse mejor a cambios en el clima. Además, este método es más predecible que la mutación aleatoria utilizada hasta ahora.
El estudio también plantea debates sobre la regulación de los cultivos modificados genéticamente. En Suiza, donde se ha realizado la investigación, hay una prohibición sobre los OGM que finaliza en 2025. Según los científicos, tecnologías como la edición genómica pueden combinarse con otras prácticas agrícolas para mejorar la sostenibilidad y la resiliencia de los cultivos.




