La agricultura de conservación, también conocida como laboreo de conservación, busca un uso responsable de los recursos agrícolas. Su objetivo principal es lograr una producción agrícola sostenible y suelos más fértiles. Para esto, centra toda su atención en el suelo. Ahora, los agricultores pueden ganarse un suelo extra solo por utilizar estas técnicas. La clave: los créditos de carbono.
¿En qué consiste la agricultura de conservación?
El laboreo tradicional tiene efectos negativos sobre el suelo, como la pérdida de materia orgánica, la destrucción de microorganismos y la exposición a agentes atmosféricos dañinos. La agricultura de conservación, en cambio, revierte estos efectos negativos al reducir la compactación del suelo y la contaminación de aguas superficiales y subterráneas. Además, preserva la diversidad biológica y la salud de las especies, al mismo tiempo que mejora la capacidad de retención de agua.
Uno de los beneficios más significativos de la agricultura de conservación es su eficacia para aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo, lo que ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De esta manera, se convierte en una de las mejores prácticas para mitigar el cambio climático.
Apostar por esta técnica tiene premio
Los agricultores pueden generar créditos de carbono mediante el «secuestro» de carbono. Estos créditos representan una tonelada de dióxido de carbono que no se libera a la atmósfera, ya sea porque se evitó su emisión directa o porque fue absorbido por el suelo.
Los países y las empresas interesadas en compensar sus emisiones pueden adquirir estos bonos de carbono, lo que genera un ingreso extra a los agricultores. De esta manera, se invierte en proyectos que ayudan a evitar o eliminar emisiones en el sector agrario.
Existen muchos proyectos que están ayudando a agricultores de todo el mundo a acceder a los mercados de carbono. Por ejemplo, el programa Life Agromitiga está desarrollando una herramienta para evaluar el CO2 en el suelo agrícola y certificarlo para venderlo en los mercados de crédito de carbono europeo. La empresa Agoro Carbon Alliance realiza funciones similares y se encarga de la venta de los créditos de carbono, compartiendo los beneficios obtenidos con el agricultor.
La agricultura de conservación se alza como una de las mejores prácticas para mitigar el cambio climático. Además, con el creciente interés en los créditos de carbono, los agricultores pueden obtener un dinero extra al adoptar esta práctica ambientalmente responsable.