Drones en el campo: ¿para qué sirven y qué normas debes cumplir?

Drones en el campo: ¿para qué sirven y qué normas debes cumplir?

Los drones ya no son solo para sacar fotos desde el cielo. Cada vez es más común verlos sobrevolando campos y fincas agrícola. Estas aeronaves no tripuladas prometen facilitar el trabajo en el campo, ahorrando tiempo y mejorando el rendimiento de los cultivos. Pero, ¿para qué sirven realmente? ¿Y qué necesitas para usarlos legalmente en tu finca?

Una legislación muy reciente

Una legislación muy reciente

El uso de drones en agricultura ya no es una novedad. Desde hace años, estas pequeñas aeronaves —también conocidas como UAV o RPAS— forman parte del paisaje en muchas zonas rurales. Se utilizan para vigilar cultivos, detectar problemas a tiempo y avanzar hacia una agricultura más precisa y sostenible. Sin embargo, a pesar de sus ventajas, su implantación en España ha sido más lenta de lo esperado, en parte por las restricciones legales que la rodean.

Aunque no es una tecnología “nueva”, no ha sido hasta 2022 cuando ha entrado en vigor del reglamento europeo, que fijó un marco común para el uso de drones. Desde entonces, se han concedido licencias especiales para drones agrícolas de más de 25 kilos y se ha abierto la puerta a nuevas aplicaciones, como la detección de plagas o la mejora del estado sanitario de los cultivos. Aun así, sigue habiendo limitaciones. Una de las más importantes es que, por el momento, no está permitido aplicar productos fitosanitarios con drones de forma generalizada. Solo pueden usarse con sustancias como bioestimulantes.

Un sector en evolución… y bajo regulación

En España, las últimas normas que afectan al uso de drones en el campo entraron en vigor en 2024. Se ha eliminado la distinción entre vuelos recreativos y profesionales y se ha introducido una clasificación que divide los dispositivos según sus características técnicas. Además, todos los drones deben llevar ahora una placa a prueba de fuego con los datos del piloto. Un sistema que permitirá identificar al dueño del dron en caso de accidente o de ser interceptado.

Para poder operar legalmente, también es imprescindible contar con un certificado oficial expedido por la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea). Este certificado es obligatorio para cualquier aeronave de más de 250 gramos. La formación, además, varía según el tipo de vuelo que se quiera realizar: categoría abierta, específica o certificada.

Las condiciones de vuelo también están muy definidas en la normativa. El dron debe estar siempre al alcance visual del piloto, no puede superar los 120 metros de altura y debe respetar un mínimo de 8 kilómetros de distancia respecto a espacios aéreos controlados, entre otras normas.

Potencial, limitaciones y futuro
Foto: DJI Agriculture

Potencial, limitaciones y futuro

Pese a las restricciones, la tecnología sigue avanzando y cada vez son más las herramientas diseñadas específicamente para el entorno agrícola. Un ejemplo son los modelos de DJI Agriculture. El DJI AGRAS T50, por ejemplo, está preparado para tareas de pulverización y esparcido con cargas de hasta 50 kilos. El DJI Mavic 3M, por su parte, permite analizar el estado de los cultivos combinando imágenes multiespectrales y mapas generados por software.

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