Cada año, España se vuelve más árida. Según datos del último estudio sobre desertificación en España, elaborado por el CSIC, más de 7 mil kilómetros cuadrados son totalmente áridos. Ya son muchos los municipios que se ven obligados a recurrir a cortes de agua para paliar los efectos de las sequías. Por eso, una malla de alambre podría ofrecer esperanzas. Esta red atrapanieblas recoge la humedad de las nubes para conseguir agua potable y limpia.
Esta técnica no es algo nuevo para países como Perú, Bolivia o Marruecos. Allí llevan décadas utilizando estas redes para generar agua. Pueden llegar a recolectar hasta varios cientos de litros de agua diariamente, usando tan solo una red de unos pocos metros cuadrados. Pero hasta ahora tenían un gran desafío: el agua estaba contaminada y podía ser dañina para nuestra salud. La niebla está en contacto con las sustancias más tóxicas de la atmósfera por lo que, después de recolectar el agua, debían depurarla.
Capta y purifica el agua de la niebla
Científicos del Instituto ETH de Zúrich (Suiza) y del Instituto Max Planck de Investigación de Polímeros de Maguncia (Alemania) han dado con un método capaz de recoger el agua de la niebla y purificarla al mismo tiempo. Utiliza una red de alambre recubierto con polímeros y dióxido de titanio. Los polímeros aseguran que las gotas de agua se acumulen en la malla y goteen lo más rápido posible hacia un recipiente, antes de que se las lleve el viento. El dióxido de titanio actúa como un catalizador químico. Descompone las moléculas de los contaminantes contenidos en el agua para volverla 100% potable y limpia.
“Nuestro sistema no sólo recolecta niebla, sino que también trata el agua recolectada, lo que significa que puede usarse en áreas con contaminación atmosférica, como centros urbanos densamente poblados”, explica Ritwick Ghosh, científico del instituto alemán. Este sistema se une a otras soluciones que ya hemos visto, como un árbol tecnológico que recoge agua del rocío o desaladoras con placas solares.
No necesita baterías
Una vez instalada, esta red apenas necesita mantenimiento. Además, es sostenible. Se alimenta exclusivamente por energía solar. Solo necesita media hora de luz solar para poder reactivar el dióxido de titanio durante 24 horas más.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature, ha tenido muy buenos resultados en las pruebas de laboratorio. La red consiguió recolectar hasta el 8% del agua de la niebla y pudo purificar hasta el 94%. Los investigadores tienen como objetivo seguir mejorando esta tecnología y explorar sus posibilidades comerciales, con la esperanza de brindar una solución efectiva y accesible para combatir la crisis del agua en el mundo.