El impacto de la sequía se hace notar. Son muchos los daños y también las consecuencias que está acarreando. Hay voces que reclaman soluciones urgentes porque la paciencia también se agota.
La ciencia no es ajena al problema y ha respondido con importantes logros. Es el caso de una tecnología desarrollada por Julia R. Greer, directora del Kavli Nanoscience Institute. A partir del estudio de los cactus, pudo elaborar una membrana con secciones puntiagudas capaz de evaporar agua durante el día para capturarla durante la noche.

¿Qué aportan las espinas?
Siempre se ha creído que las espinas de estas plantas eran un recurso meramente defensivo, pero está comprobado que su función principal es retener el agua. Tanto es así que los cactus que crecen en climas muy húmedos no tienen espinas. Las espinas evitan la circulación del aire para prevenir pérdidas de humedad y captar el vapor de la atmósfera, además, cambian de orientación para proteger a la planta contra la radiación solar.
Para este nuevo nanomaterial se utilizan microestructuras que atraen gotas de agua. Dichas gotas fluyen hacia abajo y forman gotas de mayor tamaño. El nanomaterial es un composite conocido como PVA/PPy, un hidrogel flexible e inocuo.
La Dra. Greer se inspiró en la morfología de las espinas de los cactus. Después, junto con otros investigadores, optimizó la densidad de las microestructuras anteriormente citadas. Para ello se sirvieron de un sistema de modelado informático con el fin de encontrar el tamaño, la forma y la distribución idónea de las mismas.

Ecología y economía van de la mano
Las pruebas se realizaron tanto por el día como por la noche. Durante el día, el material fue capaz de recoger alrededor de 125 mililitros del vapor solar; durante la noche, hasta 35 mm de agua a partir de la humedad ambiental. Y lo que es más importante, sin necesidad de gastar electricidad ni contaminar nada. Este material contribuirá a sacarnos esa espina que supone la falta de agua.