El cambio climático plantea desafíos importantes en el ámbito agrícola. Esto deriva en un mayor interés en prácticas agrícolas sostenibles. Para ayudar a los agricultores en su labor, la industria de la maquinaria agrícola ha desarrollado productos de última generación. Las ruedas no se han quedado atrás. Entre ellas, destacan los neumáticos de flotación.
Por el cuidado del suelo agrícola
La labranza convencional, que implica el uso intensivo de arado y rastrillado en las tierras de cultivo, se considera perjudicial para la estructura y la función del suelo. Puede resultar en pérdidas de nutrientes y materia orgánica. Por el contrario, las prácticas de labranza de conservación, como el arado ligero, se han vuelto cada vez más populares debido a su capacidad para preservar la biodiversidad del suelo y minimizar su alteración.
Gracias a la investigación y el desarrollo de neumáticos de última generación, se han creado productos innovadores que satisfacen las necesidades específicas de los agricultores actuales. Además, promueven prácticas en favor del cuidado del suelo agrícola, englobándose en la labranza de conservación. Hablamos de los neumáticos de flotación.
Sobrevolando los cultivos
Estos neumáticos ofrecen una prestación que evita que se hundan en el suelo y les permite “flotar” sobre él. Esta característica posibilita un adecuado crecimiento de las raíces, ya que los neumáticos no compactan el suelo. Como resultado, se reducen los daños en los cultivos, las emisiones de CO2 y el tiempo dedicado a la maquinaria.
Además de proporcionar una excelente tracción, incluso en curvas y maniobras, estos neumáticos ofrecen un gran agarre en cualquier tipo de terreno, ahorro de combustible y optimización de las operaciones en el campo. También son flexibles, lo que permite a los agricultores desplazarse sin problemas en largas distancias y en diferentes terrenos. En definitiva, los neumáticos de flotación son adecuados para una amplia gama de operaciones tanto en el campo como en la carretera.
Un buen neumático también puede aumentar la productividad, mejorar la eficiencia y reducir el consumo de combustible de la maquinaria agrícola. Es un aspecto que tenemos que tener en cuenta para sacar el máximo rendimiento a nuestra explotación.