En la actualidad, hay una clara tendencia en el sector agrario hacia la innovación. La Agricultura 4.0 se nutre de la mejora y el diseño de nuevas máquinas para automatizar procesos que, hasta ahora, se realizan de manera manual. Por eso, ya se pueden ver proyectos orientados al desarrollo de máquinas de poda automáticas de la vid.
Estos proyectos son capaces de circular de manera autónoma por las extensiones de las vides y ejecutar los cortes para realizar la poda.
La poda se realiza para controlar el crecimiento de las ramas de la vid y es crucial para la producción de uva. Se realiza en invierno año tras año y necesita de numerosa mano de obra. Además, los agricultores dependen de las condiciones climáticas para realizar la poda, que suele ser manual. Por eso, es un procedimiento muy costoso para la industria, sumado a las dificultades para conseguir trabajadores cualificados.
Desglosando las máquinas de poda automáticas
La carrocería de la máquina se está diseñando en forma de arco para que se pueda introducir rodeando a la vid y desplazándose a lo largo de esta. Cuenta con un sistema de inteligencia artificial que detecta, gracias al procesamiento de imágenes, los puntos de corte más efectivos para cada tipo de vid.
Un brazo robótico se encarga de hacer toda la maniobra. Tiene en su extremo unas tijeras con las dimensiones suficientes para realizar todos los cortes necesarios con precisión. El sistema es 100% autónomo gracias a un conjunto de baterías y motores.
Hasta un 60% de ahorro
Este sistema de poda autónoma ofrece uno de los principales beneficios que persigue la Agricultura 4.0: la mejora de la productividad. La automatización reduce a la mitad el tiempo destinado a la poda.
Además, aumenta la calidad del producto, ya que los algoritmos del sistema trabajan para detectar los cortes más efectivos para la vid.
Las condiciones laborales de los trabajadores también se ven beneficiadas. Es la máquina quien hace ahora todo el trabajo pesado. También podemos observar beneficios medioambientales al tratarse de un sistema eléctrico.
Con todo esto, se calcula una reducción del 60% de los costes derivados de la poda manual. Por eso, ya se está empezando a implementar en numerosas explotaciones agrícolas.