En la búsqueda de formas más efectivas de mejorar la salud, científicos japoneses han dado un paso hacia la prevención de la hipertensión a través de la modificación genética de los tomates. Esta innovación ya tiene un impacto significativo en la salud cardiovascular de las personas en el archipiélago japonés.
La técnica CRISPR vuelve a ser la protagonista
El tomate, conocido por sus propiedades antioxidantes y desintoxicantes, es una fuente natural de vitaminas C y A. Pero también es conocido por ayudar a prevenir diversas enfermedades, como la hipertensión. Contiene ácido gamma-aminobutírico (GABA), un aminoácido que ha demostrado reducir la presión arterial y el ritmo cardíaco.
Científicos japoneses utilizaron la técnica CRISPR para modificar los tomates sicilian rouge, aumentando hasta cinco veces la cantidad original de GABA en ellos. Este avance se logró al ajustar tan solo dos genes relacionados con la producción de GABA, en lugar de introducir artificialmente nuevos genes en los tomates.
La hipertensión arterial es una afección crónica que puede llevar a problemas graves de salud, ya que fuerza al corazón a trabajar más para bombear sangre a través de las arterias. Con el tiempo, esto puede dañar la función del corazón y otros órganos vitales.
¿Pronto en Europa?
La Unión Europea ha abierto las puertas a la regulación de las técnicas de edición genética que permitirían el cultivo de estos tomates modificados. Esto significa que, en un futuro cercano, los consumidores europeos también podrían tener acceso a tomates que no solo son deliciosos, sino que también ofrecen beneficios adicionales para la salud cardiovascular.
Este avance ha dado un paso hacia adelante en la búsqueda de alimentos más saludables y eficaces en la prevención de enfermedades. La investigación continúa y con las nuevas regulaciones, la comunidad científica seguirá investigando nuevas técnicas de edición genética para mejorar la salud de las personas.