Un tractor autónomo es capaz de cultivar durante más de 24 horas seguidas, solo parando para repostar. Un tractor autónomo puede detectar obstáculos a una distancia de 100 metros. Un tractor autónomo puede preparar más de 325 acres de tierra en esas 24 horas. Un tractor autónomo es la clave del futuro del sector agrario.
Vivimos un tiempo de cambios en los que también la agricultura y ganadería deben adaptarse a las nuevas tecnologías. Los tractores autónomos son ya una realidad y están revolucionando la forma en que se realizan las tareas agrícolas. Son un aspecto clave en la llamada agricultura 4.0: donde se usa la tecnología con el fin de mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de la producción.
¿Cómo funcionan los tractores autónomos?
Los tractores autónomos siguen siendo vehículos agrícolas, pero operan de manera autosuficiente. Es decir, sin necesidad de un conductor humano. No tienen cabina. Incorporan sistemas de navegación GPS, cámaras de 360 grados, radares y sensores detectores de obstáculos. Con estas herramientas tan avanzadas, pueden realizar tareas como la siembra, el cultivo, el riego y la cosecha de forma precisa y eficiente.
A pesar de todo, la intervención del hombre es imprescindible. Las tareas y funciones a realizar son monitorizadas a distancia. Se trabaja desde un dispositivo como un programa específico que controla al vehículo.
Una máquina que aprende
Estos vehículos hacen uso de la famosa “inteligencia artificial”. Gracias a esto, son capaces de evaluar situaciones específicas y tomar decisiones en tiempo real, continuamente aprendiendo.
Es por ello que una de las principales ventajas de los tractores autónomos es la mejora de la eficiencia y la precisión de las tareas agrícolas. Por ejemplo, pueden ajustar la profundidad de siembra y la cantidad de semillas en función de las condiciones del suelo y del clima, lo que aumenta la probabilidad de una buena cosecha.
Además, los tractores autónomos también pueden reducir el coste laboral. No es necesario contratar a un operador o conductor. El agricultor no solo es capaz de ahorrar dinero, sino que también alivia la escasez de mano de obra agrícola. También se ha demostrado que los tractores autónomos pueden reducir el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero. El software de los tractores autónomos registra datos y calcula la mejor trayectoria.
Esto los convierte en una herramienta muy valiosa para la agricultura sostenible.