Tras muchos años insistiendo, la Comisión Europea ha dado el paso para regular las nuevas técnicas de edición genética. La técnica CRISPR podría autorizarse en Europa ante el cambio climático y el alza de enfermedades y plagas. Los laboratorios llevan tiempo investigando nuevas variedades obtenidas de esta forma. El trigo sin gluten es una de ellas.

Celiacos, alérgicos y sensibles al gluten aliviarán su bolsillo
En España, entre un 1 y un 2% de la población española es celiaca. Equivale a cerca de 900.000 personas con esta patología. La nueva variedad de trigo que está desarrollando un equipo de científicos del Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAS-CSIC) de Córdoba, puede hacerles la vida más fácil. Los alérgicos y sensibles al gluten también se verían beneficiados.
Una familia con una sola persona celiaca entre sus integrantes gasta anualmente una media de 1.536,83 euros en productos específicos, en torno a 11,23 euros más a la semana o 44,92 euros al mes que el resto de familias. Son datos del “Informe de precios específicos para personas celiacas” de 2023, publicado por la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE). El desarrollo de esta nueva variedad de trigo sin gluten podría significar un alivio económico para el bolsillo de muchas familias.

Gracias a la técnica CRISPR
La técnica CRISPR ha permitido a los científicos del CSIC modificar los genes del trigo de manera precisa y controlada. Los investigadores introdujeron los reactivos necesarios para eliminar los genes responsables de la toxicidad del gluten y lograron las mutaciones deseadas. Posteriormente, regeneraron la planta utilizando técnicas de cultivo in vitro, obteniendo así una variedad de trigo que no contiene gluten.
El trigo sin gluten es solo uno de los ejemplos de los beneficios prácticos de la edición genética. Se espera que, con la implementación de esta técnica en Europa, surjan nuevas variedades de cultivos que sean más resistentes a enfermedades, plagas y condiciones climáticas adversas, lo que contribuirá a garantizar una alimentación más segura y sostenible para todos.