Bajo el terreno cultivable existe un mundo subterráneo del que desconocemos muchas cosas. Saber con precisión qué ocurre ahí abajo es fundamental para el desarrollo de la agricultura.
Una gran innovación tecnológica nos permite acceder al subsuelo y profundizar en su composición. Se trata de un robot que, actuando como una tuneladora, puede aportar datos de gran interés a los profesionales del campo. El diseño de este robot está inspirado en un cangrejo del Pacífico que se conoce como cangrejo topo o cangrejo de arena. Es de reducido tamaño y está especialmente dotado para escarbar gracias a sus ágiles extremidades.
Un crustáceo inteligente
Este ingenio electrónico responde al nombre de EMBUR. Sus funciones pasan por monitorizar y estudiar el subsuelo con inteligencia artificial. Para su desarrollo, los científicos de la Universidad de Berkeley tuvieron que solventar varios problemas. Por un lado, su capacidad para escarbar, dado que cuanto mayor es la profundidad, más resistencia ofrece el terreno; por otro, los granos de arena y las partículas que se acumulan en sus articulaciones.
Pues bien, siguiendo la anatomía del cangrejo topo, diseñaron un robot que imita su forma de extender e introducir las patas. Después, recurrieron a una cutícula inspirada en una de sus membranas, es decir, un material blando que recubre sus partes más expuestas impidiendo la entrada de cuerpos extraños.
Un cangrejo robótico que trabaja a fondo
Los resultados han sido asombrosos. Después de replicar las funciones del cangrejo topo, el robot trabaja con mucha intensidad para hacer túneles mientras recoge diversos datos. Toda una invención que formará parte de una generación de sistemas para analizar el subsuelo en áreas como la agricultura y la construcción.
Este cangrejo no da un paso atrás porque su tecnología lo hace ir por delante.