Cuando se acerca el momento de la recolección, hay que buscar mano de obra. Contratar personal con la documentación en regla y procurarle alojamiento no es tarea fácil, ya que proceden de países muy distintos.
Una compañía israelí, Tevel Aerobics Technologies, ha desarrollado una solución que vendría a complementar la falta de este perfil profesional. Se trata de un robot autónomo, conocido como FAR, capaz de recolectar la fruta. Dicho robot dispone de un brazo extensible con un gancho con el que puede alcanzar las naranjas o limones volando a su altura. Además, está provisto de inteligencia artificial para identificar si la fruta está en su punto idóneo de maduración. Así pues, localiza los árboles y reconoce la fruta que puede ser retirada atendiendo a su calibre o color. El robot está conectado a un vehículo autónomo que le suministra energía.
Un temporero infatigable
Destaca por su flexibilidad, dado que puede adaptarse a distintas explotaciones y también a diferentes tipos de cultivo; incluso puede trabajar tanto de día como de noche, por lo que es incansable.
La compañía cuenta con una herramienta de gestión, operativa 24/7, que permite controlar el tipo de fruta recolectada, así como las unidades, el tiempo, el peso o el coste de las mismas. El robot evita que haya parte de la producción que se pueda pudrir. Recordemos que la fruta que cae al suelo y no es recogida es aprovechable para zumos, productos procesados, biomasa o comida animal.
Se reducen los costes de explotación
Se tiene previsto realizar pruebas piloto en España, Italia y Estados Unidos. Dichas pruebas se harán en plantaciones de manzanos de más de 100 hectáreas. Este robot puede satisfacer la demanda de mano de obra cuando se necesite, además, a menor coste.
Por cierto, según los datos que expone la compañía, el terreno dedicado a la producción de frutas a nivel global ascenderá hasta los 140 millones de hectáreas en 2050; el empleo, por el contrario, se reducirá a la mitad aproximadamente. Otro dato significativo alerta sobre la escasez de recolectores, que provoca que más del 10% de la fruta en todo el mundo se pierda.
Otro proyecto de origen nacional
En España se ha diseñado un proyecto semejante, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial. Atiende al nombre de FOODCOLLECT. Se trata de un robot con navegación autónoma, sistema de visión para localizar la fruta y brazo articulado.
En conclusión, la tecnología recoge el testigo para realizar la recolección como los temporeros.