Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y China han desarrollado un sistema de desalinización inspirado en el océano que podría cambiar la forma en que obtenemos agua potable. Alimentado por energía solar, este dispositivo puede producir agua a un coste más económico.
En España, el 80% del agua se destina al riego agrícola, un recurso limitado que preocupa al sector tras varias temporadas consecutivas de escasez de agua. La situación empuja a la innovación a buscar nuevas fuentes de abastecimiento, que garanticen un suministro adecuado de agua en el futuro. Entre las diversas soluciones disponibles, destaca el aprovechamiento del agua del mar, que constituye el 97% del agua disponible en nuestro planeta.
Pequeños remolinos producen agua potable
En esta línea, el equipo de investigadores ha diseñado un sistema de desalinización solar. Utiliza la luz solar natural para calentar agua salada, generando vapor que agua que luego se condensa y se recoge como agua potable. La circulación en corrientes, similar a la circulación “termohalina” del océano, combinada con el calor del sol, permite que el agua se evapore y deje la sal atrás. A diferencia de otros diseños similares, la sal sobrante no obstruye el sistema, lo que aumenta la eficacia del proceso.
El sistema, que ocupa el tamaño de una maleta de cabina, produce entre 4 y 6 litros de agua potable por hora. «Por primera vez, es posible que el agua producida por la luz solar sea incluso más barata que el agua del grifo», afirma Lenan Zhang, investigador del Laboratorio de Investigación de Dispositivos del MIT en su nota de prensa. Además, destacan que el sistema puede durar varios años antes de necesitar piezas de repuesto o mantenimiento.
A mayor tamaño, más produce
El equipo de investigadores prevé que implementar el sistema a mayor escala permitiría satisfacer las necesidades diarias de una familia de forma pasiva. El dispositivo podría proporcionar agua potable a comunidades costeras sin acceso a redes de agua potable, donde el agua de mar es fácilmente accesible.
Sistemas como este podrían ser de gran utilidad en la agricultura. La capacidad de desalinizar el agua marina abriría nuevas posibilidades para el riego, pudiendo mitigar el impacto de la sequía, aumentar la producción y garantizar la demanda de alimentos.