Cada año, casi 15 millones de toneladas métricas de plástico acaban en los océanos. Esto es como si tirásemos dos camiones de basura al mar por minuto. Una bolsa de plástico tarda 150 años en desintegrarse, mientras que una botella puede tardar hasta 1.000 años. Cuando lo hacen, forman micropartículas que amenazan la vida marina y contaminan las costas. Por eso, un argentino ha desarrollado Geneaseas, un robot que limpia los plásticos de las lagunas y los puertos. Una tarea esencial para purificar el agua que después se usa en el riego agrícola.
Aspira plásticos y manchas de aceite
Alan D’Alfonso es un argentino entusiasta de la vela. En sus viajes, pudo observar la suciedad que se acumula en el agua y se puso manos a la obra para crear un dispositivo que limpiase los plásticos. Así nació Geneaseas, un barquito que cuenta con un sistema de succión silencioso. En una canasta que incorpora, va recogiendo plásticos, latas y colillas, entre otros desechos.
Funciona con paneles solares que alimentan un sistema de filtros y redes. Este sistema aspira y retiene los residuos que se encuentran hasta a 30 cm de profundidad, sacando todo el plástico superficial y evitando que vaya hacia el fondo. Geneaseas también puede absorber hidrocarburos y manchas de aceite sin alterar la fauna marina durante su trabajo.
Incorpora inteligencia artificial
Geneaseas utiliza la inteligencia artificial para llevar a cabo otras funciones. Puede medir la contaminación y mandar alertas cuando detecta grandes acumulaciones de plástico en una zona. También puede estimar la temperatura, el nivel de PH y el oxígeno que hay en el agua para el cuidado de la fauna marina. Además, junto con una tecnología de ultrasonido, es capaz de detectar obstáculos y eludirlos. Este barquito inteligente puede controlarse a través de una aplicación disponible para smartphones, donde se pueden visualizar también todos los datos que recoge.
Geneaseas ya trabaja en las costas españolas
En 2019, durante la reunión del G7 en Francia, Geneaseas tuvo la oportunidad de presentarse ante los líderes mundiales. Allí levantó una gran admiración, lo que le sirvió para recibir solicitudes de distintos puertos privados y empresas para limpiar sus aguas. Debido a esto, Alan fundó Recyclamer, donde produce y vende Geneaseas por un precio de unos 35.000 dólares. En España, este barquito ha limpiado ya las aguas de Ibiza, Palma de Mallorca, Valencia y Barcelona, entre otras ciudades.