En la agricultura ninguna tarea el fácil, pero en el caso de la cosecha de algunos frutos, esto puede ser casi imposible. Cultivos como las berenjenas o las zarzamoras y plantas como las rosas han desarrollado con el tiempo un mecanismo de defensa que las protege de los herbívoros: las espinas. Ahora, un nuevo descubrimiento científico ha dado con la clave para eliminarlas.
Un futuro sin espinas en la agricultura
Un estudio internacional coliderado por la Universitat Politècnica de València (UPV) ha identificado el gen responsable de la formación de estas espinas en diversas plantas. Esto abre las puertas para desarrollar variedades sin espinas utilizando las nuevas técnicas de edición genética (CRISPR).
El gen, al que han llamado LOG (LOnely Guy), juega un papel crucial en la producción de las espinas. Utilizando técnicas avanzadas de mapeo y edición genética, el equipo logró eliminar estas estructuras defensivas que tantos problemas dan en la agricultura.
Grandes beneficios para la agricultura
Este descubrimiento es el resultado de una colaboración entre la UPV y el Cold Spring Harbor Laboratory de Nueva York. Esta última es una de las instituciones más prestigiosas a nivel mundial en genética y biología molecular. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Science, donde también han destacado los beneficios que conllevará para el futuro de la agricultura. Andrea Arrones, investigadora de la UPV, lo resume así: “Facilidad en el manejo de los cultivos, reducción de los daños para los trabajadores y mayor vida poscosecha”.
Gracias a la edición genética mediante CRISPR, las plantas como la berenjena, podrán ser cultivadas sin espinas. Jaime Prohens, investigador de la UPV y uno de los autores del estudio, señala además que la aplicación de estas técnicas también reduciría los costes de producción y aumentaría la rentabilidad para los agricultores. “Todo serían beneficios”, concluye el investigador, subrayando el impacto que podría tener este descubrimiento para la agricultura intensiva.