Los agentes externos afectan al crecimiento de las plantas, pero estas ya pueden hacerse más fuertes gracias una nueva cubierta protectora, la cual ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Se trata, en cuestión, de un recubrimiento textil que destaca por su estructura interna. Consiste en una red tridimensional compuesta por 3 capas de tejido de punto, dos paralelas y otra perpendicular. Dichas capas harían la función de un escudo.
Hasta ahora, las cubiertas utilizadas se basaban en el tamaño del poro, lo cual tiene ventajas e inconvenientes. Como ventaja, se evita que los insectos más pequeños la traspasen; como inconveniente, si el poro es muy reducido, se impide que pasen las gotas de agua y también el aire, que son vitales para la planta. La pregunta es obligada: ¿Se deja que el cultivo vea limitado el suministro de recursos básicos o se permite que quede expuesto al ataque de las plagas?

Una coraza que se sometió a prueba
Para desarrollar esta nueva cubierta protectora se realizaron diferentes pruebas, unas en el laboratorio y otras en el campo. Los resultados fueron asombrosos. Su superioridad frente a las cubiertas tradicionales multiplica por 25 el tiempo que tardaría un insecto en atravesarla. Es decir, su efecto coraza es más que evidente.
Cuando la nueva cubierta se utilizó en un cultivo de exterior, al cabo de un trimestre se obtuvieron plantas más grandes de lo habitual y coles tres veces más pesadas. Por cierto, y sin necesidad de recurrir a productos químicos, lo cual supone todo un logro por lo mucho que significa para el medio ambiente.
Se fomenta el instinto de protección
No hay vuelta de hoja, las plantas pueden estar más protegidas gracias a los avances de la tecnología. En este sentido, al ser más resistentes, aguantan más y mejor durante el ciclo de crecimiento para después dar buenos frutos.
Las plantas se protegen para no dar su tallo a torcer.
