El uso de tecnología en la ganadería es cada vez más común. Está transformando la forma en que los agricultores y ganaderos gestionan su ganado. Una de las tecnologías más interesantes y útiles que se están utilizando en la ganadería son los microchips.
¿Cómo funcionan los microchips para el ganado?
Un microchip es un pequeño dispositivo electrónico que se coloca habitualmente en la oreja del animal, debajo de su piel o se introduce en su estómago. Se utilizan microchips para distinguir y realizar un seguimiento de los animales de manera individualizada. Esto permite a los agricultores y ganaderos localizar, monitorizar la salud y mejorar el rendimiento de cada animal.
Los microchips funcionan gracias a la radiofrecuencia y sensores que registran, en tiempo real, los datos obtenidos por los chips. Esta información es analizada mediante inteligencia artificial, ofreciendo al ganadero recomendaciones exactas sobre cada animal.

Beneficios del monitoreo del ganado
Una de las ventajas más importantes del uso de microchips en la ganadería es la capacidad de realizar un seguimiento de la ubicación de los animales en tiempo real. Esto es especialmente útil en grandes explotaciones ganaderas, donde puede resultar difícil localizar a un animal específico en un momento dado. Además, es una herramienta eficaz capaz de contrarrestar el robo del ganado.
Los microchips también aportan a los agricultores y ganaderos recomendaciones médicas de cada animal. Incluyen información sobre el estado de vacunación, la medicación recibida, si están lesionados o si están heridos y otros datos relevantes. Esto es especialmente importante en la prevención de enfermedades y en el mantenimiento de la salud del ganado.
Otra ventaja del uso de microchips es la posibilidad de realizar un seguimiento del rendimiento de cada animal. Pueden registrar el peso, la producción de leche y el crecimiento de cada animal, entre otros. Con estos datos, se toman mejores decisiones en cuanto a la reproducción, la alimentación y la gestión del ganado en general.
Por último, los microchips también pueden ayudar en la gestión de la trazabilidad de la cadena alimentaria. En el microchip se almacenan datos para saber de qué animal exactamente proviene la carne, garantizando así la seguridad alimentaria y facilitando el rastreo ante cualquier problema que pudiera surgir.

El uso de microchips en la ganadería es una tecnología que está transformando la forma en que se gestiona el ganado. Ofrecen una herramienta valiosa para mejorar la gestión del ganado, reduciendo los costes de explotación. De ahí, la importancia y el uso de estos.