¿Has notado alguna vez un extraño bulto en tus neumáticos? Estas protuberancias, conocidas como huevos o hernias, son señales de alerta que no debes dejar pasar. Cualquier neumático, incluidos los agrícolas, puede presentar este problema.
Los bultos se forman cuando las capas internas del neumático se dañan, permitiendo que el aire se filtre y cree una protuberancia en la superficie. Aunque los neumáticos agrícolas están especialmente diseñados para ser resistentes, no están exentos de este problema. Los defectos de fabricación, daños accidentales, o incluso un mantenimiento inadecuado, pueden provocar estas hernias.
¿Qué causa estos bultos?
Si el bulto aparece en las primeras horas de uso de un nuevo neumático, seguramente sea un defecto de fabricación. Pero si aparece en un flanco y mucho más diferido en el tiempo, es posible que estemos ante otro problema.
Los pinchazos, el exceso de peso, las altas temperaturas, la velocidad y las presiones incorrectas de los neumáticos suelen ser las causas más habituales que provocan estos bultos. Pueden provocar la separación de las capas o las lonas del neumático, permitiendo que el aire se filtre en ellas hasta provocar este “chichón”. La clave para evitar estos bultos es hacer un uso correcto de los neumáticos y llevar siempre la presión adecuada.
¿Se puede reparar?
Si descubres un bulto en tu neumático, la recomendación general es reemplazarlo lo antes posible. En ciertos casos, cuando el neumático presenta un pequeño “huevo”, ubicado en un lugar menos crítico, podría repararse mediante técnicas específicas, como la vulcanización. Aunque esto no es aconsejable. Estas reparaciones raramente soportan las demandas extremas a las que se someten los neumáticos agrícolas, aumentando el riesgo de un reventón.
Para evitar sorpresas desagradables y garantizar tu seguridad, lo esencial revisar tus neumáticos regularmente y actuar rápidamente ante la aparición de cualquier bulto. Con un mantenimiento adecuado y una actitud preventiva, podrás proteger tu vehículo.