Una vez más, la naturaleza es un espejo en el que mirarse, todo un ejemplo a seguir. Es el caso, concretamente, de las semillas de arce, cuya forma de volar ha servido de referencia a un dron. Así pues, la ingeniería espacial progresa gracias al mundo vegetal.
Las semillas de arce, que son muy ligeras, caen del árbol con un movimiento giratorio que recuerda a las aspas de un helicóptero. Esto aporta una gran eficiencia. Científicos de la City University de Hong Kong se mostraron muy sorprendidos por este recurso, es más, lo adoptaron a la hora de ampliar la autonomía de vuelo de un dron ligero.
El diseño de dicho dron consiste en prescindir de un rotor central, como los que montan los helicópteros, para incorporar dos rotores en las puntas de las aspas. Estas aspas tienen un perfil idéntico al de las vainas de las semillas de arce, además, proporcionan una gran estabilidad con un gasto mínimo de energía.
El prototipo ya ha tomado forma
Su peso es de 35 gramos y lleva unas aspas que rotan a 200 rpm.Según las primeras pruebas de vuelo, el dron se ha mantenido en el aire durante 24 minutos gracias a una pequeña batería. Por cierto, la dirección del vuelo se puede controlar modificando la velocidad a la que gira cada uno de los rotores. En definitiva, se trata de una solución sostenible para un diseño industrial.
Unas semillas de corte aerodinámico
Es muy curiosa la fisionomía de las semillas de arce. A medida que crecen se van revistiendo con una vaina en forma de uve. Cuando se van secando, pierden agua y peso. Al alcanzar el punto óptimo de madurez, las semillas están listas para emprender el vuelo. Hay semillas de arce que han recorrido hasta 4 kilómetros de distancia.
Un estudio realizado en túneles de viento ha revelado que la clave está en la estructura de sus aspas. Las láminas de las semillas de arce generan sustentación, es decir, la fuerza que permite a las alas de los aviones alzar el vuelo. Al caer, las finas láminas de la semilla de arce generan un pequeño tornado para mantenerse en el aire durante más tiempo.
Un dron puede ganar altura a partir de una simple semilla.